PROGRAMA DE MANO
El texto de La Panadera fue creado con el apoyo del programa Nuevas Dramaturgias 2019
La Panadera cuenta la historia de Concha, una mujer de cuarenta años, encargada de una panadería, casada, con dos hijos. Una mujer con una vida tranquila y feliz que un día se despierta con la noticia de que por las redes sociales corre un vídeo íntimo suyo manteniendo relaciones sexuales con una pareja que tuvo hace 15 años. El vídeo sale ahora a la luz y se extiende de manera incontrolada porque ese hombre se ha hecho famoso en Italia gracias a un reality televisivo.
La desnudez, la rabia, la impotencia, la vergüenza y el dolor salpican a todos sus seres queridos. Desde su padre, Ramón, un hombre de campo, nacido en el treinta y ocho, a su hijo, Gael, un niño de once años, al que trata de ocultar lo acontecido, pero que sabe manejar un ordenador infinitamente mejor que ella, hasta su marido, Aitor, que intenta acompañar a Concha en el dolor, pero que no puede evitar dejarse invadir por el juicio social.
Los mensajes cibernéticos sin piedad, que escondidos tras perfiles sin nombre, opinan, se mofan, y deshumanizan, llegan, y Concha tendrá que luchar para que el miedo, el dolor, las creencias, lo aprendido no la derroten. Intentando que su entorno familiar y social no salte por los aires.
La Panadera es un deseo de parar la cadena, de romper creencias, de tomar conciencia y dar confianza y soporte. Es un deseo de unión, es un abrazo, es esperanza.
Un vídeo de contenido sexual es difundido sin el consentimiento de la mujer que lo protagoniza, el vídeo se hace viral. De repente me corre por la columna vertebral el miedo: dolor de tripa, el diafragma se me encoge y dejo de respirar. ¿Qué me pasa? ¿Por qué siento todo esto?…
Sin casi darme cuenta, me puse sus zapatos: la sensación de desnudez, de horror, de intimidación… Me invadió por completo. ¿Cómo estará? ¿Tendrá apoyo? ¿Tendrá hijos?… ¿Tendrá familia?… ¿Cómo estarán?
Me invadieron preguntas como ¿Tengo yo algún vídeo de esas características? Quizá siendo joven… ¿Podría sobreponerme de algo así? ¿Somos conscientes del daño que podemos hacer con un solo dedo? ¿Por qué nos afecta tanto algo que opina de nosotros alguien que no conocemos? ¿Nos afectaría igual si esa opinión se quedara en la barra de un bar? ¿Por qué me afecta tanto? ¿Es por mi género? ¿Por mi cultura? ¿Por mi educación?…
No lo sé, pero siento miedo, parálisis, angustia…
Pasan los días, leo comentarios en las redes, opiniones de todo tipo, algunas de apoyo, otros comentarios sin piedad, que deshumanizan, que se mofan, o incluso responsabilizan a esa chica, ahora siento indignación, rabia, frustración…
Quería abrazar a esa chica, quiero que me abracen, quiero abrazar a esa familia.
La Panadera quiere ser ese abrazo, para esa mujer, esa mujer que podría ser mi hermana, mi vecina, que podría ser yo, que podrías ser tú.
Sandra Ferrús