Texto escrito en el marco del programa de Residencias Dramáticas del Centro Dramático Nacional durante la temporada 2020-2021
Sinopsis
Algunos días te marcan la vida para siempre, días que son especiales y hacen que seas como eres, días que no son de relleno, días que son un antes y un después.
En esos días pasan cosas extraordinarias, normalmente buenas, aunque a veces no: te dan el primer beso de amor, vas al mejor festival de Rock del mundo con tu íntima amiga, nace tu hija, muere tu padre, estás a punto de conseguir tu sueño, cumples tu palabra y lo pierdes todo, tienes un patético “darte cuenta” de tus limitaciones, encuentras a tu perra que se había perdido…
¿Son estos días suficientes para contar una historia? Ella no está segura.
Una comedia mágica y dramática, de teatro dentro del teatro, del honor, de los sueños por cumplir y de la alegría de vivir.
Nota de la autora, directora y actriz
En pleno 2020, escribí una carta presentándome como residente al CDN. Parte de esa carta decía así:
Mi sueño es actuar en el Centro Dramático Nacional. Por eso escribo teatro. Porque así, puede que me acerque a esa obra que tal vez formase parte del Centro Dramático Nacional. Por eso, decidí también dirigir. Porque si no me llamaban como actriz en esa posible obra que formase parte del Centro Dramático Nacional, tal vez yo pudiera elegir con más precisión cada detalle del montaje para que encajase allí. O al menos eso pensaba yo…
Mientras tanto, fundé una compañía, fui bastante de gira, rodé alguna peli y muchos cortos, tuve hijos, leí novelas, algo de teatro, poesía, vi cine bueno (y malo), hice intercambios de casa, yoga, fui al María Guerrero y al Valle Inclán a verlo casi todo y a los demás teatros de Madrid que me gustan… y pensé qué más podría hacer para actuar en el Centro Dramático Nacional.
Todos y cada uno de los pasos que daba, que di, que doy, eran, son, para acercarme a eso. A ser una de las actrices que de manera regular e intermitente, formen parte del elenco del Dramático. Y ganar un Max, eso también. Eso, siempre.
Este, mi sueño de hace unos años (mi sueño antes, cuando empecé a hacer teatro mientras estudiaba Farmacia, era sólo ser actriz), lo descubrí un día en una charla […] No recuerdo quien la dio (qué pena) pero sí recuerdo lo que dijo (yo iba sin mascarilla, recién duchada y pintada, no mucho, lo suficiente para mostrar que me importan las apariencias pero sin ser superficial, siendo feminista y femenina…):
“había que tener muy claro cúal era nuestro último objetivo, y no desviarnos, hacer todo lo que nos llevase a él. Cuando llegase algo nuevo, debíamos analizar si nos acercaba o nos alejaba de ese sueño final…”
Y ahí estaba el Centro Dramático Nacional, como un gran luminoso resplandeciente brillando en mi cabeza. Ese era mi sueño. Tener hijas también. Pero mi sueño profesional, quería decir, decirme. Me puse contenta (siempre soy demasiado entusiasta, para lo bueno, y para lo malo). […]
Y aquí estoy, tres años después, cumpliendo ese sueño, con mi obra más ¿egocéntrica? (porque aunque hay mucho inventado, parte de mí misma, no sé hacerlo de otra manera, aún) y la que más miedo y ganas tengo de representar.
Contar que mis textos son el paso intermedio de algo que no está acabado, y por eso tengo que dirigirlos, necesito que improvisemos para ver cómo se ajusta lo que decimos a cómo nos sentimos en ese paso de palabras escritas a vividas. Y probar… y ver qué tal con las músicas…y etcéteras… y cambiar.
Sólo me queda dar las gracias a todas (y todos) los que habéis hecho esto posible (por el amor, confianza y trabajo) y a las creadoras y creadores que idolatro, y copio. Ojalá entre todxs, de alguna manera, aunque sea pequeña, podamos cambiar un poco esta mierda de mundo.
algunos días está dedicada a mi padre, eso también.
Cristina Rojas