Yerma

Sinopsis

Yerma es la protagonista y da título a una de las piezas más aplaudidas de Federico García Lorca. Un poema trágico en tres actos que muestra el conflicto interno de una mujer que no consigue ser madre. Ella vive esa frustración en un entorno que hace indispensable la maternidad en una mujer casada, cuyas principales funciones son su casa y sus hijos. Y por dentro, el instinto maternal lucha contra la represión y obligación impuestas.

La presión social sobre la mujer es un tema recurrente del autor, especialmente en la maternidad, las apariencias o la fatalidad del destino. Y está presente en las tres piezas que conforman la trilogía rural: Bodas de sangre (1933), Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936). Tres tragedias rurales que aúnan mito, poesía y realidad en tres retratos de la mujer a la vez oprimida y liberada.

Nota del director

La conferencia que Lorca hace de las canciones de cuna españolas es la explosión de una nueva lectura del poema trágico Yerma. Me es imposible pensar que todo ese conocimiento musical y popular no fuera utilizado para la misma composición de la pieza, incluso durante sus queridos viajes con la Barraca por todos los pueblos de España. Un poema que estoy seguro compone como pieza musical. A golpe de pulsión cardíaca, Yerma es una nana y el público la criatura a quién le es cantada. La nana que te advierte y que te expresa la realidad más cruda infiltrando el dramatismo del mundo en esa primera lección de historia de España -como el poeta advierte- y que pone en nuestras carnes el sello de “solo estás y solo vivirás”.

Yerma es también un sueño, incapaz de abrazar la paradoja de vida y muerte que es nuestra existencia. Si representar significa volver a traer al presente, merece la pena representar Yerma esta vez dándole cada uno de nosotros y nosotras la más generosa resignificación. Yerma es un sueño -o más bien una pesadilla- con imposibilidad de salir de él porque el mismo sistema te impide salir bien parado. Solo la muerte de cualquier proyecto vivo pueda quizá solucionar el sufrimiento de no sentirse realizado, siendo en España “un muerto más muerto que en cualquier otra parte del mundo. Y el que quiere saltar al sueño, se acaba hiriendo los pies con un filo de navaja barbera”.

Yerma no amenaza o asusta, sino que nos echa en medio de la escena, indefensos contra las realidades de una mujer a quien le brota la vida por todos sus poros y que solo encuentra muerte.

Juan Carlos Martel Bayod