A falta que nos move

Esta temporada tendremos en nuestro teatro Entre Chien et Loup, una creación de la artista brasileña Christiane Jatahy que parte de Dogville, de Lars von Trier, para interrogar el fascismo y el poder tejiendo vínculos entre el cine y el teatro. Para seguir explorando esos vínculos, proyectaremos A falta que nos move, el primer film de Christiane, en el que exploraba igualmente los límites entre ficción y realidad.

La película se proyectará en la Academia de Cine el 17 de octubre de 2022, en portugués con subtítulos en español.

SINOPSIS 

¿Documental o ficción? ¿Actores o personajes? ¿Grabación de la vida real o de escenas preparadas? ¿Sucedió realmente o fue todo un montaje? La primera película de Christiane Jatahy trata de la sutil frontera entre la realidad y la ficción. En la víspera de Navidad, durante doce horas seguidas y en una única localización, tres cámaras grabaron ininterrumpidamente a cinco actores y actrices. Esperaban a alguien. Se preguntan si llegará algún día. Estos cinco amigos comparten las ausencias, las alegrías y las penas en este reencuentro. El objetivo principal de la película es indagar profundamente en las complejidades humanas. Exponer a cada uno de los actores a través de una alteración de sus estados emocionales: la red de relaciones sutiles y emocionales entre los individuos de un grupo de amigos muy cercanos. La grabación de este encuentro radical también trae a la memoria a una generación nacida después del golpe militar en Brasil, que vivió su infancia en un régimen dictatorial, una dictadura enmascarada, pero alimentada por el apoyo de la clase media, en tiempos en los que no se debía revelar lo que realmente ocurría; en definitiva, una generación que vivió dentro de una burbuja, sin educación política y sin derecho a su propia biografía. Una generación que creía en lo que decían las telenovelas y los anuncios de televisión y que se criaba con poca libertad de aprendizaje y pensamiento. Expuestos diariamente a la mediocridad de los productos mediáticos importados de los EE.UU., los hijos de la dictadura brasileña tuvieron, muy a menudo, padres políticamente comprometidos que pasaron a los abuelos militares la responsabilidad de su crianza y educación. Plenamente consciente de esta situación, esta generación se expone con valentía y angustia.