La violencia machista y patriarcal entra de nuevo en la historia de Europa en forma de guerra. Lo que está sucediendo en Ucrania es el ejemplo de todo lo que no queremos que sean nuestros compañeros, hijos, familiares y conciudadanos. Una vez más las mujeres trabajadoras celebramos nuestro día acompañadas por el horror de la guerra. Hoy, queremos que nuestras compañeras ucranianas sientan la solidaridad, la fuerza, la comprensión y el apoyo de todas las mujeres del mundo. No estáis solas.
En estos tiempos de barbarie el feminismo es más que nunca la vanguardia de la paz en las sociedades occidentales porque nuestra paz tiene sus cimientos en la democracia que se defiende de las tiranías, y el feminismo ha sido y es esencial para la existencia de una democracia real. Las mujeres seguimos sosteniendo las cargas del hogar que se suman a las cargas del trabajo, seguimos cobrando menos que los hombres, nuestros logros se hacen menos visibles, la educación sigue cargada de prejuicios machistas, y las ideologías reaccionarias continúan haciendo apología de su deseo de ocultar a las mujeres para dividir a la humanidad en dos categorías: la visible de los hombres y la invisible de las mujeres.
Esperamos a millones de refugiadas y a sus hijos. Millones de ucranianas se han quedado dentro atrapadas, o por decisión propia. La valentía con la que se están enfrentando a las tropas rusas nos produce admiración y también pena, porque el dolor es inmenso. Muchas se han quedado para luchar sabiendo que van a morir. Esta realidad hace que las palabras no sean suficientes. Sentimos celebrar este día bajo el horror de la destrucción y dedicamos cada minuto de nuestro trabajo al recuerdo de todas las mujeres ucranianas. De parte de todas las técnicas, actrices, autoras, escenógrafas, iluminadoras, productoras, gerentes, coreógrafas, periodistas, administrativas, vigilantes, acomodadoras, limpiadoras, directoras, de parte de todas las mujeres que trabajamos en el Centro Dramático Nacional, no estáis solas.