Texto
Águeda Llorca y Gonzalo Manglano
Dirección
Jaume Policarpo
Reparto
Estela Domínguez, Pau Gregori y Jorge Valle
Producción
Bambalina
27 – 28 ENE 2024
A las 11:00 y a las 13:00 | duración: 50 min
Público familiar a partir de 5 años
Idioma: sin palabras
Técnica: mixta (objetos y actores)
Se ruega llegar con suficiente antelación, ya que una vez iniciada la función no se permitirá el acceso a la sala.
Para recoger las entradas, nuestras taquillas permanecerán abiertas de lunes a domingos de 14:30 a 20:30
Águeda Llorca y Gonzalo Manglano
Jaume Policarpo
Estela Domínguez, Pau Gregori y Jorge Valle
Bambalina
Si eres pequeño, o lo has sido alguna vez, habrás podido comprobar que crecer no siempre es fácil… a tu cuerpo le pasan cosas que no entiendes, te surgen preguntas para las que no obtienes respuestas, te miras en el espejo y te gustaría que tu nariz dejara de crecer tan rápido… te ha pasado, ¿verdad? A nosotros también, por eso hemos creado este espectáculo. No te daremos soluciones, pero intentaremos que veas que nada es tan importante y que aceptarte y quererte, así como eres, incluso aprender a reírte de ti mismo, es la forma de hacer que tus preocupaciones se minimicen e incluso desaparezcan.
Águeda Llorca y Gonzalo Manglano
Jaume Policarpo
Estela Domínguez, Pau Gregori y Jorge Valle
Bambalina
La trayectoria de Bambalina se podría definir como una continua búsqueda de la identidad del títere. Lo
confirma la experimentación y aprendizaje de diferentes técnicas de manipulación en sus primeros años (guante, varillas, hilos, máscaras…), así como los distintos materiales empleados en su diseño y construcción. Sin duda, será la técnica bunraku la más desarrollada y personalizada, convirtiéndose en uno de los rasgos más reconocibles de su teatro. La convivencia escénica del manipulador y títere complejiza la identidad de uno y otro, provocando un conflicto esencialmente teatral. Esta relación de continua confusión identitaria, entre intérprete y objeto inanimado, ha guiado la investigación y reflexión de Jaume Policarpo. En todo ello, hay una intención de recuperar o revivir el potencial ceremonial e, incluso, sagrado del títere, pero también de conseguir un resultado hiperrealista a través de su manipulación, con el objetivo de que sea tan poliédrico como un actor.