Madrid, 16 de febrero. ¿Y si una mañana fueras detenido sin haber hecho nada malo? Así comienza la pesadilla de Josef K., protagonista de El proceso, la novela inacabada de Franz Kafka que el viernes 17 de febrero llega a la Sala Grande del Teatro María Guerrero con dramaturgia y dirección de Ernesto Caballero.
Esta coproducción del Centro Dramático Nacional y Lantia Escénica despliega en escena “una tragicomedia del hombre contemporáneo”, en palabras de Caballero, quien, para construir esta versión, se inspira en el relato que el personaje del capellán de la cárcel le refiere a K. en el penúltimo capítulo de la novela: la historia del reo que permaneció toda su vida a las Puertas de la Justicia tratando infructuosamente de franquearlas hasta perecer en el intento.
El espectador se asoma a los laberintos de un absurdo e interminable entramado burocrático-administrativo, cuya única lógica y razón de ser radica en su propia subsistencia. El sinsentido y la frustración van en aumento a medida que el infortunado protagonista, encarnado por Carlos Hipólito, se enfrenta a un proceso que incluye en sí la propia condena del acusado.
Abogados, funcionarios, inspectores, ujieres, e incluso un retratista de jueces, se van cruzando en su camino; todo bajo el ojo implacable del tribunal de la ciudadanía, el público de nuestro tiempo, que observa en la distancia los desmanes de este aparato judicial arbitrario, inaccesible al común de los mortales.